Los 11 poderes del líder, un libro de futbol para aplicarse en la vida diaria, un libro al estilo de Jorge Valdano.
Jorge Valdano (Santa Fe, Argentina, 1955) gran amante del futbol y de las letras, ex-jugador, ex-técnico, ex-seleccionado argentino y escritor por antonomasia, dice con gran intensidad: “me gusta mirar hacia delante”.
“Muchas veces el sistema nervioso se tensa tanto que los jugadores terminan mostrando una versión totalmente menor a la de su talento”.
Los 11 poderes del líder, libro escrito en 2013, nos presenta a el futbol como escuela de vida, la lectura de "Los 11 poderes del líder" sugiere que se trata de un libro escrito desde la experiencia.
"Once jugadores, once poderes. A partir de su experiencia en el mundo del deporte y del futbol se plantean las claves del liderazgo pensando en el funcionamiento de la empresa desde el trabajo.
"Mi intención fue escribirlo muy al estilo anglosajón para que cada idea fuera acompañada de una anécdota, de una vivencia, de una historia. También porque me gusta apiadarme del lector que mientras lee se pueda reír, se pueda emocionar, pueda acompañar también las ideas con sensaciones. Ésa es la intención de hacerlo desde el futbol: buscar una complicidad con la gente. Tratándose del primer productor de conversaciones del mundo, con la fuerza popular que ha adquirido a lo largo del tiempo, me parece que es un buen vehículo de formación".
"Cuando uno encuentra gente con una parecida sensibilidad, terminas haciendo amigos en las ideas y efectivamente se terminan cruzando las ideas. Uno tiene que elegir modelos en función de su sensibilidad.
Hay libros buenos y malos, pero ahora hay futbolistas que han escrito más libros de los que quizás hayan leído...
"Yo soy alérgico a la nostalgia, o a lo mejor es que me da miedo la nostalgia, lo cierto es que la evito. En mi casa no hay fotos de futbolista, no guardo camisetas de mi época, o sea, me parece que la vida está allá adelante. Intercambié camisetas con media humanidad, pero las regalé a la otra media humanidad. Siempre creía que había un hincha cerca o un amigo que la iba a cuidar y valorar más de lo que la podía cuidar o valorar yo".
"En muchos casos tengo prueba de que fue así. Por ejemplo, le cambiaba una camiseta a Stoichkov en el Barcelona, y tenía un amigo que era muy del Barça y le regalé esa camiseta... y esa camiseta cada vez que nos ganan un partido se pasea por Madrid todavía ahora. Pero te digo que me parece que la vida está ahí adelante y que es hasta peligroso empantanarse en recuerdos que son tan fuertes, porque el futbol es un territorio emocional, entonces los recuerdos son muy vivos".
"Lo que he hecho desde entonces es disfrutar el futbol desde todos los lugares, porque el que se mantiene en el tiempo es el hincha, una persona a la que le gusta el juego, y mi singularidad es que eso me lleva al análisis".
"El futbol como juego es algo que está fuera de lo serio, pero como industria es algo que está dentro del mundo, dentro de la economía y, por lo tanto, tiene que cumplir con la primera regla económica, que es gastar menos de lo que se ingresa. No lo logra casi nadie, debo decirlo. Pero toda la imaginación puesta al servicio del negocio a mí me parece lícita, pero lo que sí es cierto es que el negocio en muchas ocasiones ha terminado por violentar al juego".
"A mí me gusta decir que hay, digamos dentro de la línea de cal, del juego mismo, que es la parte primitiva y selvática de esto, lo que desata el instinto de la gente para conectarse emocionalmente con el juego. Y de ahí para afuera ya no es selva, es civilización, y eso es algo mucho más sofisticado, pero el futbol no ha sabido tender con equilibrio los puentes entre los dos mundos, para mi gusto".